Los cada vez más numerosos eCommerce han supuesto una auténtica revolución para el sector logístico.
A lo largo de los últimos años hemos visto crecer el número de eCommerce de una manera exponencial en todo el mundo. Aunque es cierto que cada vez existen más tiendas online, los gigantes del eCommerce, como Amazon, Alibaba o eBay, adquieren día tras día mayor importancia y dejan atrás a las cifras de negocio de otras marcas minoristas, que hasta hace poco eran las verdaderas reinas del comercio.
Según revelan los datos de 2018 del European Ecommerce Report, este fenómeno viene acompañado de un rapidísimo incremento de la penetración de Internet en territorios como el continente europeo, en el que ya ronda una media de un 83%. En relación a las compras online, estas dependen del país en concreto; por ejemplo, Países Bajos y Suiza son los estados europeos con mayor nivel de adquisiciones vía online (82%), mientras que otros, como Macedonia, Bulgaria o Croacia, registran niveles mucho más bajos (menos del 30%).
En contraposición a lo anterior, queda patente que el comercio electrónico transfronterizo aún tiene ciertos retos que afrontar, como el margen de tiempo de llegada de los pedidos, los fallos técnicos, el número de pedidos que llegan dañados al cliente final o las preocupaciones de los usuarios sobre temas como las garantías de los productos o servicios que adquieren.
Según el mismo informe, Amazon y eBay dominan el mercado en Europa, a nivel general, y Aliexpress ya es el Marketplace más relevante en los países del este de Europa. Y lo que más compran los usuarios a través de Internet son productos de moda, accesorios y prendas deportivas, viajes y productos tecnológicos.
Pero este tan extraordinario crecimiento del comercio electrónico no es nada sin una buena logística. Aunque todo el proceso comienza con un clic, los traslados, tanto a nivel nacional como europeo e internacional, la gestión de las posibles devoluciones, la seguridad en todo el proceso, los costes de envío que debe asumir el comprador, etc., son factores que deben estar muy bien pensados y atados, para evitar que se generen incidencias, cuellos de botella y, en general, problemas, tanto a nivel de la empresa como desde el punto de vista del cliente final.
Gestión logística desde un eCommerce
Existen dos maneras de gestionar la logística desde un eCommerce, en función del tamaño de cada negocio: interiorizando todos los procesos o dependiendo de un proveedor externo que gestionará cada producto desde su salida del almacén hasta la llegada a su destino final. Por lo general, se optará por la segunda vía, sobre todo cuando hablamos de PYMES, tratando de tener todo bajo control para asegurar un buen servicio pre y post venta al cliente, que será quien recomiende y repita su compra.
También es posible organizar la logística de un eCommerce a través de un operador logístico o de una empresa de mensajería. En el primer caso, el operador se encargará de todo lo que concierna a la gestión de pedidos, stock, embalaje, envío, inventario y recepción del paquete, gestionando las necesidades y posibles incidencias de la empresa y el cliente y, en el segundo, las compañías de mensajería tan solo se responsabilizarán de que el producto llegue a su destino. En el primer caso, no importará de qué operador logístico se trate, pues el usuario siempre recurrirá cualquier problema a la compañía en la que ha decidido comprar el producto.
Es por ello por lo que, aunque se trate de un pequeño negocio online, es importante tener en cuenta el perfecto funcionamiento de toda la cadena, para que absolutamente nada falle y que en todo momento se pueda ofrecer un servicio rápido, sencillo y seguro al cliente. Aunque nos cueste un poco más.
Para cualquier tipo de eCommerce, en logística es fundamental tener controlados los productos en todo momento, para así poder hacer una gestión óptima de los stocks y poner en marcha pedidos y devoluciones urgentemente y sin problema. Así mismo, el almacenamiento también debe jugar un papel clave, para el que se debe contemplar el embalaje adecuado y la trazabilidad del producto, empleando un sistema de etiquetado que permita saber a qué lote pertenece cada producto y localizarlo al momento, esté donde esté.
Por último, también es especialmente relevante el sistema de distribución de los productos. Debemos asegurarnos de contar con un sistema en el que absolutamente todo vaya rodado para que el producto siempre llegue al cliente en el menor tiempo posible y garantizando siempre las mejores condiciones. No hay por qué contar con el mismo proveedor logístico para todos los países, aunque sí sería lo más recomendable, ya que siendo una pata fundamental de la empresa estará perfectamente integrado en el proceso.
Hoy en día, los eCommerce tienen la posibilidad de vender de la mano de empresas más grandes, como Amazon, así como de organizar con el usuario diferentes tipos de entregas, en función de sus necesidades (en tienda, en punto de recogida, en taquillas automatizadas, a domicilio…). Y estas no son más que diferentes vías con las que tendremos mayores probabilidades para un mejor funcionamiento del proceso al completo, asegurando así un buen servicio al cliente, que hará que el reporte sea positivo, recomendando el producto/servicio a sus conocidos, y ayudando a aumentar la facturación.
Optimizando el almacenaje, el envío, el precio, la distribución, la devolución y el servicio pre, durante y post venta, será posible convertir un eCommerce en un proyecto de éxito.
